El botón.
Me gustan los cuentos de
muertos, pero me gustan mas lo cuentos de muertos que hablan, pero no para
asustarnos, muertos que murmuran las huellas de un pasado imborrable, sin
embargo pasado que existe y deja huella.
2 de octubre del 68
Tlatelolco. Entre los restos de casquillos, ropa, sangre, zapatos des
hermanados y muertos hermanados, se encontró un botón redondo de acuerdo a la época con colores, alucinantes
con la siguiente leyenda "amo el
amor" la matanza del amor, jóvenes queriendo cambiar al mundo, de mi mente
salen 3 preguntas como dardos envenenados en aquel rio de sangre y horror, la primera. ¿Vivió la persona que tenía el
botón quizás en el hombro o en el pecho? ¿El amor lo mato no alcanzo amor para salvarla?
¿Este nadie, ente o alma seguirá amando el amor? Preguntas que se van al aire,
que se disparan con miras a matar el pasado, se comen con las nostalgias de una lucha,
recordando la V de victoria.
La sangre se revuelve con
aquel botón, mis manos lo toman, como si en el estuviera el alma de un hermano
con la esperanza de renacer, la ultima
bala de los jóvenes derrotada ante metrallas, balas que queman el pasado
grabado en la mente, jóvenes muertos, y no solo jóvenes, niños, mujeres,
ferrocarrileros, todos cayendo por la calle como flores marchitas en el
invierno.
La ultima bala no tiene no
orificio de salida, ni el resto de la bala, solo la herida, herida que sangra a
cada paso, la herida que duele sin ser tocada, la herida con olor a sangre,
olor a pólvora quemada, la herida de años de opresión.
¿ Cuantos jóvenes muertos?¿ Cuantos
desaparecidos?¿ Cuantas preguntas sin respuestas?¿ A donde van los ideales del
68? Los gritos del pasado se escuchan cada vez mas fuerte, atreves de los
muros, fantasmas atrapados desde la conquista, el aire huele a muerte. Y seguirá
oliendo hasta el renacer.