martes, 23 de abril de 2013


El botón.

Me gustan los cuentos de muertos, pero me gustan mas lo cuentos de muertos que hablan, pero no para asustarnos, muertos que murmuran las huellas de un pasado imborrable, sin embargo pasado que existe y deja huella.

2 de octubre del 68 Tlatelolco. Entre los restos de casquillos, ropa, sangre, zapatos des hermanados y muertos hermanados, se encontró un botón redondo  de acuerdo a la época con colores, alucinantes  con la siguiente leyenda "amo el amor" la matanza del amor, jóvenes queriendo cambiar al mundo, de mi mente salen 3 preguntas como dardos envenenados en aquel rio de sangre y horror,  la primera. ¿Vivió la persona que tenía el botón quizás en el hombro o en el pecho? ¿El amor lo mato no alcanzo amor para salvarla? ¿Este nadie, ente o alma seguirá amando el amor? Preguntas que se van al aire, que se disparan con miras a matar el pasado,  se comen con las nostalgias de una lucha, recordando la V de victoria.

La sangre se revuelve con aquel botón, mis manos lo toman, como si en el estuviera el alma de un hermano con la esperanza de renacer,  la ultima bala de los jóvenes derrotada ante metrallas, balas que queman el pasado grabado en la mente, jóvenes muertos, y no solo jóvenes, niños, mujeres, ferrocarrileros, todos cayendo por la calle como flores marchitas en el invierno.

La ultima bala no tiene no orificio de salida, ni el resto de la bala, solo la herida, herida que sangra a cada paso, la herida que duele sin ser tocada, la herida con olor a sangre, olor a pólvora quemada, la herida de años de opresión.



¿ Cuantos jóvenes muertos?¿ Cuantos desaparecidos?¿ Cuantas preguntas sin respuestas?¿ A donde van los ideales del 68? Los gritos del pasado se escuchan cada vez mas fuerte, atreves de los muros, fantasmas atrapados desde la conquista, el aire huele a muerte. Y seguirá oliendo hasta el renacer.